¿Crees que los agentes de socialización no pueden influir en tus gustos o preferencias sexuales? Pues te equivocas.

Hay quienes consideran que estas preferencias solo las determinan unos factores biológicos, pero está más que comprobado que realmente esto se aleja de la realidad.

Son los sentidos quienes perciben los diversos estímulos externos que accionarán nuestro cerebro para suscitar una respuesta sexual como de placer, agrado o incluso de rechazo.

Veamos un ejemplo en cuanto a factores biológicos se refiere. Cuando percibes un estímulo externo como pudiera ser una caricia, respondemos de dos formas simultáneas: Una primera activación de nuestro cerebro que puede ocasionar placer, y con ello, una consecuente respuesta sexual como pudiera ser una erección o simplemente un aumento de pulsaciones cardíacas.

Por otro lado, no podemos obviar otras dimensiones psicosociales que cada persona va perfilando a lo largo de todo su proceso de socialización, y que puede influir hasta tal punto de generar una actitud hacia la sexualidad, tanto de aprobación como de rechazo.

La sexualidad comienza a manifestarse desde la etapa infantil, donde incluso se despierta en nuestro ser una inquietud por explorar y conocer nuestro cuerpo, es por ello, que cuando un niño de tres años se toca el pene en presencia de su familia y esta responde “¡Qué haces! ¡Eso no se toca!”, éste podría comenzar a asociar que sus genitales son prohibidos, y que si aun tocándose esto le produce placer, aprende a que es malo ya que su familia así se lo transmite. (Aún hay madres y padres que consideran que explorarse el cuerpo es algo sucio, ¡vaya tela!)

Los agentes de socialización (Familia, Medios de Comunicación, la Religión, la Escuela o los grupos de Iguales), nos envían a diario una multitud de mensajes que vamos interiorizando en nuestra mente y que influyen en nuestra personalidad, acerca de todo aquello que nuestra sociedad “nos enseña” sobre cómo son los hombres y cómo son las mujeres.

Si vivimos en una sociedad heteronormativa y desde que estamos en Primaria, los referentes en los cuentos son estereotipados: chico alto, fuerte y viril, frente a una mujer dulce, delicada y coqueta, y lo seguimos percibiendo en las canciones, películas, videojuegos o programas de TV, entre otros; esto condiciona una normativa que puede llegar a influir en nuestros gustos y preferencias, creando un rechazo a todo lo que se salga de ese patrón.

Estos condicionantes, pueden generar dentro del colectivo gay, por ejemplo, un rechazo a la pluma (plumofobia), ya que el rechazo tanto a la pluma rosa (en chicos) o la azul (en chicas), ha podido ser condicionada por todos los agentes externos que nos educan y moldean nuestra personalidad, inhibiendo o incrementando unos determinados gustos sexuales, es decir, si diariamente la sociedad representa la pluma como algo negativo, el rechazo que se genera en tu subconsciente desactiva nuestra libido ante personas con estas características, inhibiendo todo tipo de apetencia sexual que pudiera producirse. De ahí cuando escuchamos a determinados gais verbalizar “A mí un chico con pluma no me pone”, podemos deducir lo siguiente: El que este tipo de personas no te exciten, puede haber sido determinado por los agentes sociales heteronormativos que tanto nos condicionan.

NOTA IMPORTANTE: ¡Ojo! No estoy diciendo que la sociedad te enseñe a ser gay, ni que ser gay (o lesbiana o cualquier otra orientación o identidad de géneros) sea algo aprendido. Para nada, ese es el argumento Lgtbifóbico de la caverna, no el mío, ya que ser así es algo con lo que se nace (y con mucho orgullo). En definitiva y hablando coloquialmente, si la sociedad rechaza la pluma y diariamente te envían mensajes heteronormativos de tíos machotes (aun siendo gais), esto ha podido generar en tu mente un rechazo hacia la misma y por lo tanto, inconscientemente, te dejan de atraer chicos que sí la tengan.

PD: Si eres gay, rechazas la pluma y te consideras superior por el hecho de no tenerla, ¡Enhorabuena machote! Eres tan machista que posicionas en el mismo bando que aquellos que igualmente te discriminan a ti.

¡VIVA LA PLUMA!

2 comentarios
  1. Gabi
    Gabi Dice:

    Me ha parecido muy ineresante tu post. Nunca llegué a plantearme esto que dices, pero ahora me ha abierto la forma de pensar. Muy buen artículo. Enhorabuena.

    Responder

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